Tener miedo a hablar otro idioma es una situación más común de lo que parece. Los seres humanos fuimos “programados” para estar alerta ante lo nuevo o lo desconocido. Así nos auto-protegemos. No queremos que se rían de nosotros o que nos regañen por decir algo incorrecto. Lo comprendemos.

No podemos hablar por nadie, pero seguramente hasta los políglotas más expertos pasaron por ello alguna vez… ¡Pero no te preocupes! El hecho de que dominen tantos idiomas nos sirve como motivación, porque sabemos que es posible vencer este miedo a hablar otro idioma. Esperamos que lo que vas a leer sea de tu ayuda,

Friendly reminders (recordatorios amigables) para perder el miedo a hablar otro idioma

1. Todos estamos aprendiendo

El aprendizaje es un proceso constante. A pesar de que nos enseñan nuestra lengua materna cuando somos pequeños, seguimos aprendiendo a expresarnos a lo largo de nuestra vida: entre más personas y lugares conocemos, adquirimos nuevo vocabulario e ideas.

Por eso no deberías tenerle miedo a hablar otro idioma, ni sentir frustración si no te sale perfecto al principio. Ni siquiera los hablantes nativos lo manejan al cien.

2. No hay formas correctas o incorrectas de hablar un idioma

Los idiomas no son precisamente estrictos. Claro que tienen sus reglas gramaticales y su vocabulario que se sugiere que aprendamos, pero eso no quiere decir que las diferentes formas de emplearlos sean inválidas. Como ejemplo de ello tenemos los acentos, que, al fin de cuentas, no siempre mantienen todas las características del “original”, pero son igual de válidos.

3. La fluidez no tiene nada que ver con la velocidad

Otro factor que contribuye al miedo a hablar otro idioma es la velocidad. Nos han hecho pensar que lo mejor es hacerlo velozmente para sonar más naturales, cuando, en realidad, hay hablantes nativos de todos los idiomas que hablan de forma pausada. 

La fluidez tiene más que ver con la capacidad de mantener una conversación: saber escuchar, tener ideas y expresarlas de forma simple. Hablar muy rápido incluso puede jugar en nuestra contra si no nos damos a entender.

¿Te interesa mejorar tu fluidez? Te recomendamos: 6 técnicas para aprender otro idioma fácilmente 

4. No todos son expertos

El miedo a hablar otro idioma parte de la idea de que seremos juzgados por la forma en que nos expresamos, las palabras que usamos o nuestra pronunciación. Y la realidad es que nadie se fija tanto en estas cosas (a no ser que sea un profesor o profesora, que ponen atención únicamente para ofrecernos su ayuda).

De hecho, es muy probable que los hablantes nativos del idioma se sientan agradecidos de que un extranjero se interese por comunicarse con ellos, y, en lugar de detenerse en cada pequeño error, ofrezcan su ayuda de forma desinteresada si consideran que te puede servir. Créenos: serán comprensivos. ¿O no te sientes así cuando tu artista favorito da entrevistas en tu idioma?

5. La actitud habla por ti

En el lenguaje coloquial diríamos “hay que entrar en el papel” (como quien dice que somos actores y estamos filmando una película). Si te muestras seguro de ti mismo, proyectarás seguridad. No hace falta que te sientas como el o la más experto/a en el idioma, y mucho menos que pretendas serlo; sino que empieces a tener más confianza en tus habilidades y en lo que estás tratando de decir.

6. No tengas miedo a pedir ayuda

Los hispanohablantes solemos tener miedo de hablar con hablantes nativos del inglés o de los idiomas del mundo. Por su parte, parece que ellos no lo tienen en lo absoluto (lo cual no es verdad). La diferencia es que nos preguntan cómo se dice alguna palabra o expresión, o si está bien así. Esa es la clave: el miedo a hablar una idioma se vence dejando a un lado el temor a preguntar. Eso nos dará la información oportuna para ir mejorando.

7. Lo importante es saber comunicar ideas

Al final del día, lo importante es que los otros comprendan nuestras ideas. La pronunciación no siempre será perfecta, pero más vale equivocarse diciendo algo que no decirlo. Por ejemplo, una situación muy triste sería tener una emergencia en otro país, y no atreverse a pedir ayuda por sentir vergüenza de no decir bien las palabras. Más valdría decir las cosas un poco equivocadas, pero solventar la situación.

Perder el miedo a hablar otro idioma ¿para qué?

La razón es simple: entre más practiques, mejor serás. Es como los músicos: para aprender a tocar un instrumento, hace falta tocar muchas veces. Si no hablas el idioma ¿cómo aprenderás a hablarlo? Recuerda que aprendemos equivocándonos y nos equivocamos aprendiendo, y está bien que pase. A veces nos enfocamos solo en el resultado, y olvidamos disfrutar del proceso, que es igual de gratificante.

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